jueves, 27 de junio de 2013

HABITACIÓN 213

Habitación 213

imagen de Zenaida Serebryakova

         Eran la 12:00 de la noche, el tic tac del reloj siguió  su curso pero sus movimientos eran agresivos a los oídos de Danello.
          Danello se encontraba totalmente desnudo en la habitación, sus piernas bien torneadas temblaban pero se mantenían firmes; por la ventana abierta la luna llena acariciaba su piel canela como tratando de dosificar toda la fiebre que recorría sus entrañas, sus ojos castaños parecían lava saliendo de sus pupilas dilatadas. En el espejo se reflejaba su espalda erguida, caminaba de un lado a otro de la habitación, su pecho agitado dejaba ver la incertidumbre de sus pensamientos.
      Cerró los ojos y un bumerán de flechazos golpeó su mente, de nuevo el tiempo lo ofendía con fotografías.
    Ahí estaba ella tendida sobre la cama, desnuda mostrando el corte de seda blanca que viste de piel, mostrando sus pechos voluptuosos, su rostro ausente y tranquilo extasiado de placer. Ahí estaba ella con la felicidad guardada entre las piernas. Y estaba él, no Danello, era el ajeno, el tirano, el que se había bebido las entrañas de Mariel.
       Cuando Danello entro en la habitación el dolor que sintió en el pecho lo asfixiaba tanto que le presionaba la cabeza. Tomo la botella que se encontraba en el tocador y la estrello directo en la sien del bandido, empuño sus manos y lo remato a golpes; Mariel asustada y desconcertada  ahogo sus gritos y lo miro pidiendo piedad como cuando una oveja suplica con los ojos a un lobo que la asecha.
       Danello camino hacia ella y con sus manos morenas apretó el cuello de Mariel; poco a poco ejerció menos fuerza mientras comenzaba a llorar y a preguntar ¿por qué? Ella enmudecida sin aliento dejo de luchar con él, Danello se quito la ropa, tomo de nuevo a Mariel pero ahora del cabello y sus labios secos dibujaron en el lienzo de su cuerpo la impotencia y frustración.  Y aunque a la fuerza se fusiono con Mariel, él sabía que ya no la tenía y descargo su ira hasta quedarse sin aliento; cuando se desbrevo completo tomo la almohada que tenía a un costado y la clavo en la cara de Mariel.
          La cordura llego a su mente demasiado tarde, el cuerpo de Mariel se encontraba como un trapo sin forma, Danello la abrazo y sus ojos se le llenaron de lluvia ácida, en su garganta solo había saliva amarga que le raspaba, después de un rato de tenerla entre sus brazos corrió al teléfono y marcó un número, su voz  torpe dejo asomar un mensaje fracturado:
       ------hola hablo del hotel Palacio, para avisar que en la habitación  213 un hombre entro y mato a una pareja y aun sigue ahí----------

       Cuando Danello abrió los ojos se encontró frente al espejo y vio su silueta ya desfigurada; su monstruo interior había desgarrado sus rasgos de humanidad, ahora solo esperaba que a través de la puerta cruzara un inquisidor de verdad que lo ayudara a castigar a la piltrafa que le quedaba de cuerpo ya que su alma había muerto.

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